En el 2015, un juez de derecho administrativo nombrado por la Junta Nacional de Relaciones Laborales dictaminó que Terex había amenazado a los empleados prosindicales de la unidad de ensamblaje con el cierre de la planta, despido y represalias no especificadas; y se dedicó a realizar interrogatorios represivos, entre otras violaciones graves.
Los Boilermakers finalmente han llegado a un acuerdo en una batalla de seis años contra Terex, un fabricante de equipos de construcción acusado de cometer prácticas laborales injustas contra empleados que intentaban organizar sindicalmente una unidad de ensamblaje en su planta de Grand Rapids, Minnesota. Esas prácticas incluyeron el despido de trece empleados que participaron en una exitosa campaña de organización.
«Ha sido un largo camino, pero finalmente ganamos», dijo Lee Kostal, uno de los trece empleados despedidos. «Eso es bueno».
El cumplimiento de Terex con el acuerdo de conciliación se produce después de la decisión de la Junta Nacional de Relaciones Laborales (NLRB, por sus siglas en inglés) en enero al confirmar el fallo de un juez de derecho administrativo (designado por la NLRB). Esa decisión requería que la planta reconociera a los Boilermakers como el único y exclusivo agente de negociación de la unidad de ensamblaje y que entablara negociaciones contractuales con el sindicato.
«Conseguir el sindicato para los muchachos de ensamblaje fue la parte importante», dijo Mike Kossow, quien también estaba entre los empleados despedidos.
En el acuerdo alcanzado se pide a Terex que indemnice a los trece empleados que perdieron su empleo, proporcionándoles el pago retroactivo, las prestaciones y ofreciéndoles un empleo completo e inmediato. El pago y los beneficios adeudados a doce de los empleados suman un total de 79,515.49 dólares. (Un empleado no respondió a la comunicación del Oficial de Cumplimiento que presidía el acuerdo).
Terex también está obligado a:
- Publicar avisos de la resolución durante sesenta días consecutivos en un lugar visible de la planta de Grand Rapids
- Publicar avisos de la resolución electrónicamente durante sesenta días consecutivos
- Enviar notificación de la resolución por correo electrónico a todos los empleados
Las violaciones originales ocurrieron en el año 2014 cuando los empleados de la unidad de ensamblaje se estaban organizando para votar sobre la afiliación al sindicato de los Boilermakers, algo que el departamento de pintura de la planta había votado con éxito sólo unos días antes. En el 2015, el juez determinó que la planta de Terex amenazó a los empleados prosindicales de la unidad de ensamblaje con el cierre de la planta, con despidos y represalias no especificadas; y se dedicó a realizar interrogatorios represivos, entre otras violaciones graves.
Ese mismo año, Terex presentó excepciones a la sentencia pidiendo que muchas de las conclusiones fueran reconsideradas. Desde entonces, han continuado los argumentos jurídicos de ambas partes.
En el 2018, la NLRB confirmó la sentencia original del juez contra Terex; y en el 2019, la empresa solicitó que la afirmación fuera reconsiderada. En diciembre del año pasado, la NLRB denegó la solicitud de la empresa de reconsiderar la sentencia original del juez.
«Este acuerdo y su cumplimiento debieron haberse producido desde hace mucho tiempo. La decisión del juez fue ratificada en múltiples ocasiones, y ya era hora de que Terex se ponga finalmente a la altura y cumpla», dijo Tyler Brown, director ejecutivo de las Operaciones del Sector Industrial de los Boilermakers. «La reafirmación del fallo del juez de derecho administrativo por parte de la NLRB fue un testimonio del profundo impacto que un sindicato puede tener en los derechos de los trabajadores».