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Miembros del L-154 forman cadena humana para rescatar hermano sindical atrapado

“Hablamos de hermandad, y las acciones de estos muchachos muestran la verdadera hermandad y lo que harán los unos por los otros.”
— John Hughes, gerente de negocios del L-154

Los héroes del L-154 Rick Derrick (extremo izquierdo) e Ethan Boyd (extremo derecho), flanquean a Jonathan Bach. Derrick y Boyd recibieron premios por heroísmo durante un picnic del Día del Trabajo en Pittsburgh. John McClurg y Scott Weaver no estuvieron disponibles para asistir al evento.

Rápida acción salva vida

PARA EL BOILERMAKER del Local 154 (Pittsburgh) Jonathan Bach, caminar a lo largo de la pasarela mientras inspeccionaba los compartimentos en la casa de bolsas era una rutina, como de costumbre en la planta William H. Sims, de First Energy. Hasta que no lo fue.

Desconocido para el Boilermaker por 12 años, la puerta de una de las celdas de la casa de bolsas estaba abierta, y mientras se acercaba, la succión lo atrajo a través de la abertura empujándolo hacia la polvorienta celda, negra como la boca de un lobo.

“Al principio, no parecía un gran problema, pero me di cuenta rápidamente de que no podía ver el agujero para salir”, dice Bach.

Comenzó a gritar y a tratar de abrirse camino hacia una abertura para salir del agujero mientras la succión y el tiempo trabajaban contra él.

“Con todo el polvo, sabía que no podía durar mucho tiempo, y si no podía salir, pensé que moriría.”

Fue entonces cuando sintió que alguien lo atrapaba por el tobillo. Lo que no sabía era que cuatro de sus hermanos del L-154 estaban conectados en una especie de cadena humana para ponerlo a salvo. John McClurg, asegurado de su cinturón por Rick Derrick y anclado por Ethan Boyd, se había lanzado para agarrar uno de los tobillos de Jonathan. Scott Weaver, quien había envuelto su propia pierna alrededor de una barandilla por seguridad, había agarrado el otro tobillo de Jonathan.

Los cuatro habían estado detrás de Bach en la pasarela, y tan pronto como lo vieron desaparecer en la celda, entraron en acción para salvar su vida. Les tomó a todos trabajar juntos para sacar a Bach. “Gracias a Dios ellos estaban allí”, dice John Hughes, gerente de negocios del L-154. “Si él hubiera estado allí solo, nadie hubiera sabido a dónde fue”.

Aunque están renuentes a llamarse héroes, Bach piensa lo contrario.

“Ellos son mis héroes sin duda”, dice. Debido a la rápida acción de sus hermanos, Bach escapó con pequeños rasguños y algunos moretones. “Parece que todo sucedió en una fracción de segundo, y si no hubieran sido tan rápidos, no creo que lo hubiera logrado”.

Los miembros del Local 154 honraron a los cuatro y a Bach con placas especiales durante su picnic del Día del Trabajo en Pittsburgh.

“Hablamos de hermandad, y las acciones de estos muchachos muestran la verdadera hermandad y lo que harán los unos por los otros”, dice Hughes. “Ni siquiera dudaron. Y una cosa a la que siempre hago referencia es que estos muchachos son muy jóvenes. Estos cuatro jóvenes Boilermakers salvaron una vida”.