El Boilermaker Reporter es una evolución de la primera publicación oficial de «Boiler Makers and Iron Ship Builders of America» que se publicó, por primera vez, dos veces al mes a partir de 1896 con el nombre de The Journal. El gran presidente Lee Johnson fue el primer editor de la primera publicación de la nueva Hermandad.
Johnson se centró en producir una revista con información práctica que ayudara a los Boilermakers y a sus familias. Como los gastos de envío eran elevados, The Journal se convirtió en una publicación con información de todo tipo: informes mensuales del presidente y del secretario-tesorero, temas políticos del momento y preocupaciones del movimiento obrero. Detallaba las actividades de los miembros de cada logia local y ofrecía resúmenes de las condiciones de trabajo, el promedio de horas y las tarifas salariales. The Journal publicaba incluso artículos sobre inventos que podían ayudar a los Boilermakers a trabajar de forma más inteligente.
La publicación también abordó un tema candente en el movimiento obrero, el de los esquiroles. En los inicios del movimiento obrero, hacia 1810, cualquier trabajador que se negara a afiliarse a un sindicato se ganaba la etiqueta de «esquirol» (scab). No está claro cómo surgió el término, pero en el siglo XVIII se utilizaba el término esquirol para describir a las personas de baja moral, lo que encaja con la opinión que tenían los miembros de los sindicatos de todos los oficios.
La definición de esquirol ha evolucionado con el tiempo. En la década de 1890, el término esquirol era ampliamente reconocido como un trabajador sindicalizado que realizaba trabajos no sindicalizados. No importaba si cruzaban un piquete o no. Los esquiroles eran despreciados en todos los sindicatos, por lo que no es de extrañar que en los primeros estatutos de la Hermandad se multara con mil dólares a cualquier miembro que fuera sorprendido (una suma opulenta, ya que en aquella época los Boilermakers ganaban, con suerte, cien dólares al mes).
El desprecio a los esquiroles no terminó con una enorme multa. The Journal publicaba regularmente fotos de los esquiroles, junto con una advertencia a las logias locales para que les impidieran acceder a los puestos de trabajo del sindicato. Un artículo de The Journal informaba de que un abogado de los Boilermakers había defendido con éxito tanto el derecho a hacer piquetes como el derecho a llamar esquirol a cualquiera que cruzara la línea de piquetes. Hoy en día, el uso de este término está protegido. Llamar esquirol a alguien que cruza un piquete sigue sin alcanzar el nivel de incitación al odio.
Y no sólo los sindicatos odiaban a los esquiroles. Se atribuye al célebre autor Jack London una colorida descripción de un esquirol durante un discurso pronunciado en 1903 en Oakland, California. Se ha atribuido a London lo siguiente:
«Después de que Dios acabara de hacer a la serpiente de cascabel, al sapo y al vampiro, le sobró un material horrible con el que hizo un esquirol. Un esquirol es un animal de dos patas con un alma de sacacorchos, un cerebro anegado y una columna vertebral combinada hecha de gelatina y pegamento. Donde otros tienen corazón, él lleva un tumor de principios podridos».
The Journal ha evolucionado, al igual que los estatutos de la Hermandad. Pero hay algo que no ha cambiado: A un trabajador sindical que cruza un piquete se le sigue llamando esquirol.