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IR Trépanier lidera 175,000 sindicalistas en huelga de Quebec

IR Michel Trépanier, presentado aquí el año pasado durante la Convención Consolidada de los Boilermakers, lideró a 175,000 trabajadores de la construcción en Quebec en una huelga de siete días, del 24 al 30 de mayo. Foto cortesía de Jean-Claude Tremblay/Journal de Quebec

Gobierno provincial aprueba ley de emergencia para obligar el regreso a las conversaciones

MICHEL TRÉPANIER, UN representante internacional de los Boilermakers y ex gerente de negocios del Local 271 (Montreal), encabezó una huelga general de siete días de duración en toda la provincia, del 24 y al 30 de mayo, en la que participaron 175,000 trabajadores de la construcción de Quebec. La acción cerró temporalmente proyectos de construcción a través de Quebec.

La huelga siguió cuatro meses de duras negociaciones contractuales con los empleadores de la industria, cuyas demandas son inaceptables para las cinco federaciones laborales de la Alianza Sindical (Alliance Syndicale). Trépanier dirige una de las federaciones, el sector de la construcción de Quebec (Quebec building trades), y fue elegido como portavoz de toda la alianza.

Pero con la huelga apenas en marcha, el gobierno provincial aprobó una legislación de emergencia obligando al sindicato a volver a las negociaciones bajo la amenaza de severas sanciones. Las dos partes tendrán hasta el 31 de octubre para llegar a un acuerdo antes de que los mediadores del gobierno establezcan los términos de un nuevo acuerdo.

Los sindicalistas calificaron la ley como una interferencia con los derechos de los sindicatos para tomar medidas concertadas en nombre de sus miembros.

“Nuestro derecho de huelga se ha ido”, dijo Trépanier, quien además de servir como representante internacional de los Boilermaker es también presidente del sector de la construcción de Quebec. “Vamos a impugnar la ley ante la Corte Suprema de Quebec”.

Dijo que el primer ministro de Quebec, Phillippe Couillard, socavó la ventaja del sindicato al señalar de antemano que buscaría una ley de emergencia para detener la huelga.

Trépanier dijo que tres asuntos claves separan a los sindicatos y a los empleadores: horarios de trabajo, horas extras y aumentos salariales. Los empleadores desean más libertad en la organización de los horarios de los trabajadores, lo que podría obligar a los trabajadores a reportarse a diferentes horas del día, día a día. Estos cambios, dijo, podrían crear un caos en la planificación del tiempo personal fuera del trabajo, llamando a la propuesta un asunto de calidad de vida.

Los empleadores también buscan socavar las reglas de horas extras al suspender el pago doble si las lluvias durante la semana interrumpen la actividad laboral y obligan a los miembros del sindicato a trabajar los sábados.

Con la huelga inactivando los proyectos de construcción en todo Quebec, la acción interpuso una considerable atención por parte de los medios de comunicación y debate público. Trépanier dijo que promedió unas 20 entrevistas con estaciones de radio y televisión, así como con los medios de prensa cada día de la huelga.

“El movimiento sindical fue increíble”, dijo. “Todo el mundo estaba en la misma página, y fue bueno ver un nivel tan alto de solidaridad”. La unidad mostrada por los miembros del Local 271, liderados por el gerente de negocios-secretario/tesorero Bruno Guilmette, fue “especialmente inspiradora”.

Trépanier señaló que la alianza sindical utilizó efectivamente las redes sociales para mantener a los miembros informados de las negociaciones y los esfuerzos de huelga. “Estuvimos muy activos con Facebook y atrajimos a 80,000 nuevos usuarios”, dijo. “Usamos Facebook Live [una aplicación de transmisión de video] para difundir nuestras reuniones sindicales a los trabajadores de toda la provincia”.

Joe Maloney, vicepresidente internacional en Canadá, elogió el liderazgo de Trépanier  de encauzar el abrumador apoyo por parte de las cinco federaciones y sus 175,000 trabajadores. Noventa y cinco por ciento de los sindicalistas aprobaron el voto de huelga, y los trabajadores se formaron por miles para manifestarse en el parlamento de Quebec entre otros sitios.