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Es hora de reemplazar el Plan de Energía Limpia con una solución sensata

Newton B. Jones, Intl. President

Boilermakers, otros sindicatos están proponiendo un nuevo marco

EN SEPTIEMBRE, ME uní a los presidentes generales de otros sindicatos para presentar una carta conjunta al administrador de la Agencia de Protección Ambiental (Environmental Protection Agency o EPA, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos, Scott Pruitt, proponiendo una alternativa sensata al abusivo, mata empleos y destructor de la industria, Plan de Energía Limpia.

El Plan de Energía Limpia (Clean Power Plan o CPP, por sus silgas en inglés) fue la respuesta distintiva del presidente Obama al cambio climático, pero tenía muchas fallas y enfrentaba muchos desafíos legales. La regla fue tan atroz que la Corte Suprema emitió una suspensión en febrero del 2016 congelando su implementación incluso antes de que un tribunal inferior pudiera decidir sobre su legalidad. Esa fue una acción sin precedentes por parte del alto tribunal.

Sin traer a colación de nuevo el debate sobre el Plan de Energía Limpia y sus muchos defectos, se puede decir que la regla habría estrangulado a la industria minera del carbón y la industria de generación de energía a base de carbón a través de duras regulaciones que, muchos creen, violaron los derechos de los estados y malinterpretaron la Ley de Aire Limpio (la ley que regula la contaminación del aire).

Incluso la amenaza de implementar el Plan de Energía Limpia apresuró las decisiones de algunas compañías eléctricas de reducir el carbón como fuente de energía. Esto ha tenido un impacto en los trabajos sindicales no solo en la generación de energía, sino también en la minería, el transporte ferroviario y la construcción.

“Incluso la amenaza de implementar el CPP apresuró las decisiones de algunas compañías eléctricas de reducir el carbón como fuente de energía.”

Con el nombramiento del administrador Pruitt por parte del presidente Trump, la EPA ahora está considerando un enfoque alternativo al Plan de Energía Limpia. Los Boilermakers y otros sindicatos firmantes de la carta a Pruitt creen que tal alternativa podría ofrecer una oportunidad para abordar las emisiones de dióxido de carbono sin perjudicar innecesaria e injustamente a las industrias que dependen del carbón.

Propuesta permitiría a los estados más control, flexibilidad

PARA HACER FRENTE a las emisiones de CO2 de forma eficaz y sin interrupciones excesivas en la industria, un marco regulatorio que reemplace al Plan de Energía Limpia debería proporcionar a los estados una mejor orientación, pero menos mandatos, en el establecimiento de normas de funcionamiento. Esas normas deberían considerar las circunstancias específicas de cada estado, mercados energéticos y las diferencias en cuanto a la unidad de generación de electricidad (Electricity Generation Unit) edad, diseño, ubicación y otras características.

El marco también debe liberar a las generadoras de energía de los onerosos requisitos para permisos del gobierno conocidos como “Revisión de Nueva Fuente” (New Source Review). La Revisión de Nueva Fuente hace que sea costoso e incierto actualizar las unidades de generación de electricidad con tecnologías para la reducción de emisiones y otras mejoras. Sin embargo, esas mismas mejoras son necesarias para reducir las emisiones y modernizar las instalaciones. En efecto, la Revisión de Nueva Fuente desalienta los esfuerzos de reducción de emisiones.

Nuestra carta al administrador Pruitt ofrece recomendaciones dirigidas a reducir las emisiones de CO2 de una manera que no interfiera con los derechos de los estados ni entra en conflicto con la Ley de Aire Limpio (Clean Power Act). Estas recomendaciones, extraídas de la carta, se enumeran a continuación.

  • El marco propuesto se ajusta estrictamente a los requisitos legales para regular las fuentes existentes bajo la sección 111 (d) de la Ley de Aire Limpio. Estos requisitos otorgan a los estados la función principal de regular las emisiones de CO2 de las existentes unidades de generación de electricidad, a través del establecimiento de estándares de actividad del CO2.
  • La Sección 111 (d) de la Ley de Aire Limpio, limita el papel de la EPA al crear un “procedimiento” para que los estados presenten un plan para el establecimiento de estándares de actividad del CO2 para las unidades de generación electricidad existentes. La Sección 111 (d) proporciona a los estados la responsabilidad principal de desarrollar estándares de rendimiento para las unidades de generación de electricidad de acuerdo con el “procedimiento” establecido por la EPA.
  • Cada estado debe tener amplia libertad para desarrollar un plan que se adapte a sus circunstancias y prioridades individuales. Si bien la EPA es responsable de determinar el Mejor Sistema de Reducción de Emisiones (Best System of Emission Reduction) para las categorías de fuentes, la EPA no puede determinar qué debe incluir un estado o cómo un estado debe regular las fuentes dentro de su jurisdicción. Los estados deberían tener la autoridad para establecer estándares específicos de fuente basados en una variedad de factores, incluyendo la vida útil restante de la unidad, el costo de control no razonable y la imposibilidad física de instalar equipos de control de emisiones.
  • La EPA debe establecer un proceso regulatorio estatal-federal que estipule los procedimientos generales que los estados deben seguir para regular las emisiones de CO2 de las unidades de generación de electricidad afectadas. Estos procedimientos requerirían que cada estado establezca estándares de la actividad del CO2 para cada unidad de generación de electricidad afectada en función de factores específicos del sitio. La forma de los estándares de rendimiento podría establecerse, por ejemplo, como una serie de límites de la tasa de emisiones de CO2 para unidades subcategorizadas por caldera y tipo de carbón, como un “estándar operacional” que describa las medidas de eficiencia y mantenimiento (físicas u operativas) que deben realizarse para limitar las emisiones de CO2 de la unidad afectada, o una combinación de estas estrategias.
  • Para ayudar a los estados a establecer estándares de actividad específicos para cada unidad, la EPA debería desarrollar guías sobre cómo los estados deben considerar la variabilidad en factores que reflejan la eficiencia de la planta como el diseño de la caldera, tipo de carbón, edad y tamaño de la unidad, nivel de carga, sistema de refrigeración y controles de contaminación existentes. Se considerará que los estándares de actividad de CO2 que establezcan los estados para cada unidad cumplan con los requisitos de la sección 111 (d).
  • También creemos que la reglamentación del Plan de Energía Limpia brinda a la EPA la oportunidad de revisar las regulaciones actuales de la Revisión de Nueva Fuente a través de una reglamentación paralela. La reforma de la Revisión de Nueva Fuente mejoraría las perspectivas de inversiones que crearían puestos de trabajo mientras se moderniza la envejeciente flota de carbón.

El marco es práctico, factible

MIENTRAS QUE LA Agencia de Protección Ambiental bajo el presidente Obama pudo haber tenido buenas intenciones al crear el Plan de Energía Limpia, la regla fue injusta, intrusiva y extremadamente costosa para los estados, para las industrias y para los Boilermakers y otros trabajadores sindicalizados. A pesar de que el Plan de Energía Limpia no se implementó, su existencia produjo un efecto glacial en la operación continua de las unidades generadoras de carbón.

Los Boilermakers hemos sufrido su impacto a través de menos oportunidades de trabajo y menores contribuciones a nuestros fondos de beneficios. Otros sindicatos laborales se han visto afectados de manera similar. No podemos deshacer ese daño; sin embargo, podemos trabajar para lograr una solución sensata, una alternativa al Plan de Energía Limpia que aborde la necesidad de reducir las emisiones y al mismo tiempo salvaguarde nuestras industrias, trabajadores y economía.

El marco que nosotros y nuestros compañeros sindicales hemos propuesto al administrador Pruitt es práctico y factible. Esperamos que se le preste seria consideración y que podamos comenzar a avanzar con un plan regulador mucho mejor.

Menos burocracia, créditos fiscales extendidos podrían impulsar CCUS

UN MARCO REGULATORIO más flexible junto con mejores incentivos gubernamentales para contener el CO2 podría impulsar el apetito de la industria de la energía para la tecnología de captura, almacenamiento y uso del carbono (Carbon Capture Use and Storage o CCUS, por sus siglas en inglés). CCUS es fundamental para cumplir con los objetivos globales de mantener bajo control las temperaturas del cambio climático. Y una investigación prometedora indica que los desechos de CO2 pueden ser utilizados de forma rentable como materia prima para fertilizantes, policarbonatos y otros productos.

Mientras se escribe esta columna, se está llevando a cabo un esfuerzo bipartidista en el Congreso (la FUTURA Ley) que incentivaría en gran medida el desarrollo y la aplicación de CCUS elevando el crédito fiscal en general a $35 por tonelada métrica de CO2 almacenado en formaciones geológicas o utilizado en la recuperación mejorada de petróleo. Los créditos existentes son de $20 y $10, respectivamente, y no son suficientes para estimular la inversión en CCUS. La ley incluiría otros incentivos, como extender el plazo de créditos disponibles.

Un entorno normativo mucho más mejorado, junto con la aprobación de la FUTURA Ley, alentaría una mayor inversión en combustibles fósiles y las tecnologías para reducir drásticamente las emisiones de CO2.

Eso sería una victoria para la industria energética (y otras industrias que son grandes emisoras de CO2), una victoria para los trabajadores y un beneficio para el medio ambiente.