“Veremos docenas y docenas de nuevos proyectos que involucran centrales eléctricas, industria pesada, oleoductos, perforación — todas estas cosas que muchas economías quieren tener.”
— Julio Friedmann, Carbon Wrangler
Nueva ley incentiva la captura, uso y almacenamiento de carbono
GRACIAS A LA acción bipartidista en el Congreso, las tecnologías críticas que pueden prevenir que el dióxido de carbono causado por el hombre sea emitido a la atmósfera — o que puedan eliminar el CO2 directamente del aire — tienen más probabilidades de desarrollarse y desplegarse ampliamente, con implicaciones de largo alcance para el clima, el empleo y la economía.
La aprobación del Congreso de la Ley FUTURO (FUTURE Act), firmada en febrero por el presidente Trump como parte de un proyecto de ley de presupuesto más amplio, expande y mejora la Sección 45Q del Código Tributario Estadounidense, que otorga créditos fiscales para capturar y almacenar CO2. Aunque la 45Q originalmente promulgada en el 2008 ha demostrado ser útil, especialmente para las empresas que inyectan CO2 subterráneamente para la recuperación mejorada de petróleo (enhanced oil recovery o EOR), la disposición carecía de los fuertes incentivos financieros o alcance para impulsar la adaptación generalizada de tecnologías de captura, uso y almacenamiento de carbono (CCUS, por sus siglas en inglés).
La Ley FUTURO aborda esas deficiencias de seis maneras claves:
- Duplica a más de la mitad los créditos fiscales (de $20 por tonelada métrica a $50 por tonelada métrica) para capturar y almacenar permanentemente el dióxido de carbono en formaciones geológicas.
- Duplica a más de la mitad los créditos fiscales (de $10 por tonelada métrica a $35 por tonelada métrica) para capturar y almacenar el CO2 usado para la recuperación mejorada de petróleo.
- Expande los proyectos aptos para incluir tecnologías que crean productos a partir de CO2, tales como bloques de cemento, productos químicos, plásticos y combustibles (el mismo crédito fiscal que la recuperación mejorada de petróleo).
- Amplía los proyectos elegibles para incluir la captura directa de CO2 en el aire.
- Extiende la ventana de construcción para proyectos de captura de carbono de cinco años a siete.
- Extiende el plazo para reclamar los créditos fiscales (de 10 años a 12 años) y elimina el tope del programa para proyectos elegibles.
Estos cambios ofrecen a los fabricantes e inversionistas una mayor certeza de que el apoyo federal estará disponible para ellos a medida que experimenten, comprueben y clasifiquen las tecnologías para uso comercial. Y ofrecen la esperanza de que los abundantes combustibles fósiles de los Estados Unidos puedan permanecer en nuestra mezcla de energía por algún tiempo.
Lo que la Ley FUTURO significa para el clima
LA LEY FUTURO es un reconocimiento de que las energías renovables, aunque son un componente esencial de la mitigación del cambio climático, no pueden por sí solas alcanzar los objetivos climáticos. La captura, uso y almacenamiento de carbono también debe ser parte de la solución. Ofrece los incentivos financieros necesarios para poner en marcha la captura, uso y almacenamiento de carbono de la misma manera que los subsidios del gobierno para las energías renovables.
Un creciente cuerpo de expertos en clima y organizaciones climáticas prominentes, como el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (Intergovernmental Panel on Climate Change o IPCC), la Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés) y el Instituto Global CCS, enfatizan que, si bien las energías renovables pueden desplazar la generación de energía procedente de combustibles fósiles, no pueden eliminar el CO2 producido por plantas de energía operacionales, procesos industriales u otras fuentes. En otras palabras, las energías renovables solo pueden abordar parte del problema.
Según la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos, la generación de electricidad representa solo el 29 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero en el país. Otro 27 por ciento proviene del transporte, el 21 por ciento de la industria, el 12 por ciento de los edificios y el 9 por ciento de la agricultura. La capacidad de descarbonizar las emisiones de CO2 de la humanidad a partir de estas diversas fuentes solo es posible a través de la captura, uso y almacenamiento de carbono.
El liderazgo político pavimentó el camino para los créditos fiscales de CCUS
UNA COALICIÓN DE organizaciones pro-CCUS, incluyendo a los Boilermakers y otros sindicatos laborales, compañías de carbón, empresas de servicios públicos e industrias y grupos ambientalistas, cabildearon fuertemente por el apoyo federal para la captura, uso y almacenamiento del carbono. Pero fue necesario un liderazgo político para introducir la legislación necesaria y pasarla a través de ambas cámaras del Congreso. En el Senado, los patrocinadores principales incluyeron a Heidi Heitkamp (D-ND), Shelley Moore Capito (R-WV), Sheldon Whitehouse (D-RI) y John Barrasso (R-WY). En la Cámara de Representantes, Mike Conaway (R-TX) dirigió el esfuerzo. Otras dos docenas de patrocinadores de ambos lados ayudaron a garantizar que la legislación fuera verdaderamente un esfuerzo bipartidista.
Con esta vital legislación en su lugar, ahora depende de los fabricantes de tecnología, los inversionistas y la industria avanzar. Hoy en día, apenas hay 17 plantas de captura de carbono a gran escala que operan en todo el mundo y otras ocho en desarrollo. Según algunas estimaciones, se deben desarrollar más de 2,000 de estos proyectos en todo el mundo para cumplir con los objetivos de mitigación climática.
Es una tarea difícil, sin duda, pero no imposible. El dióxido de carbono ha sido capturado y utilizado para la recuperación mejorada de petróleo durante décadas, y docenas de nuevas tecnologías prometen nuevas formas de utilizar el CO2 capturado. Proyectos de gran escala como la central de la Presa Divisoria de Sask Power en Saskatchewan, el proyecto Quest de Shell en Alberta y la planta Petra Nova de NRG en Texas demuestran que las tecnologías funcionan.
CCUS expandido será bueno para empleos, economía
FOMENTAR LA CAPTURA, uso y almacenamiento de carbono a través de los créditos fiscales es una decisión inteligente no solo para el clima sino también para los empleos y la economía. Se necesitarán trabajadores para construir el equipo y la maquinaria de captura de carbono, instalarlo y mantenerlo. Esos tipos de trabajos son puestos para obreros altamente calificados, del tipo que pagan buenos salarios y que apoyan a las familias de clase media.
Según Julio Friedmann, director ejecutivo de Carbon Wrangler (y ex subsecretario principal adjunto de energía fósil del Departamento de Energía), la Ley FUTURO podría presagiar una explosión de oportunidades de trabajo. En una entrevista para un proyecto cinematográfico de los Boilermakers, Friedmann afirmó: “Veremos docenas y docenas de nuevos proyectos que involucran centrales eléctricas, industria pesada, oleoductos, perforación — todas estas cosas que muchas economías quieren tener. Vamos a ver todo ese trabajo a medida que vayamos avanzando en los próximos cinco años”.
Friedmann agregó, “El hecho de que los Boilermakers estén tan entusiasmados con esta tecnología simplemente me hace feliz... pero de ninguna manera deberían los otros sindicatos pensar que CCUS los excluye de algún modo. Es todo lo contrario. Vamos a necesitar los otros oficios. Vamos a necesitar trabajadores de acero. Vamos a necesitar electricistas. Vamos a necesitar mineros. Vamos a necesitar operadores de centrales eléctricas. Vamos a necesitar personas capacitadas para trabajar con equipos pesados y construir cosas, y veo una adaptación natural entre las necesidades de los sindicatos en estos días, las necesidades de preservar a las comunidades en general y la oportunidad que brinda [CCUS]”.
Nuevas inversiones, nuevas tecnologías y nuevos empleos impulsarán un rápido desarrollo económico que no solo beneficiará a los Estados Unidos, pero también conducirá a soluciones climáticas prácticas y asequibles que se pueden replicar en todo el mundo. La Ley FUTURO abre la puerta, pero aún se puede hacer más para promover la captura, uso y almacenamiento de carbono a través de políticas gubernamentales proactivas y una comprensión pública más amplia de lo que CCUS es y por qué es esencial para nuestro futuro.
Mientras nos preparamos para converger en el Capitolio para nuestra 50ma Conferencia LEAP (siglas en inglés de Programa de Acción de Educación Legislativa), el progreso con la Ley FUTURO debe servir como motivación y como recordatorio: Nuestro sindicato tiene un asiento en la mesa para influir en las decisiones cruciales que afectan la vida de nuestros miembros y nuestro mundo. Y cuando hacemos conocer nuestra posición, la voz de los Boilermakers es escuchada.