La hermandad internacional de los Boilermakers, constructores de barcos de hierro, herreros, forjadores y ayudantes tienen una rica historia que se remonta a más de un siglo. Su formación a finales del siglo XIX marcó un momento crucial en el movimiento laboral estadounidense, cuando los trabajadores calificados en las industrias del metal se unieron para proteger sus derechos y promover sus intereses.
Las raíces de los Boilermakers se remontan a finales del siglo XIX, cuando la industrialización estaba en pleno apogeo y la demanda de trabajadores metalúrgicos calificados iba en aumento. Los trabajadores de este campo se enfrentaban a condiciones laborales peligrosas, largas jornadas y bajos salarios. Sus terribles circunstancias los empujaron a unirse y formar un sindicato para abordar sus quejas.
En 1880, un grupo de Boilermakers de Chicago dio los primeros pasos para organizar el sindicato entre todos los grupos locales más pequeños de Boilermakers de América del norte. Sus esfuerzos iniciales fueron modestos, pero sentaron las bases para el futuro de la organización. Estos trabajadores se dieron cuenta de que, al unir fuerzas, podían negociar colectivamente mejores salarios, mejores condiciones laborales y otros beneficios que eran prácticamente inexistentes en el duro panorama industrial de la época.
El año 1880 vio el establecimiento de la hermandad internacional de los Boilermakers y constructores de barcos de hierro de América. Esta primera versión del sindicato era relativamente pequeña, pero simbolizaba el creciente espíritu de solidaridad de los trabajadores que se extendía por todo el país.
Sin embargo, no fue hasta 1893 que la unión realmente comenzó a tomar forma. El momento crucial llegó con la convención fundacional celebrada en Chicago, donde delegados de todo Estados Unidos y Canadá se reunieron para formalizar la estructura y los objetivos del sindicato. En esta convención, el sindicato adoptó una constitución y unos estatutos y eligió a su primer presidente general, John Johnston.
Johnston jugó un papel decisivo en dar forma a la dirección de los Boilermakers. Bajo su liderazgo, la organización trabajó para fortalecer los derechos de sus miembros y mejorar sus condiciones laborales. En 1951, en la 18.ª convención de Blacksmith, aprobaron la fusión con los Boilermakers, reconociendo los intereses y desafíos comunes que enfrentaban los trabajadores en estos oficios relacionados. No fue hasta la 19.ª convención consolidada de los Boilermakers en 1953 que los miembros aprobaron la fusión porque la Constitución de los Boilermakers no permitía que el consejo ejecutivo completara las fusiones.
A lo largo de finales del siglo XIX y principios del XX, el sindicato jugó un papel vital en la negociación de salarios justos, horarios razonables y condiciones laborales más seguras para sus miembros. El sindicato también estableció un programa de aprendizaje para garantizar la continuidad de los oficios calificados en un panorama industrial en constante cambio.
La unión sigue siendo de vital importancia en la actualidad, mientras el mundo avanza hacia un futuro de energía limpia. Los caldereros desempeñan un papel crucial en el avance de un futuro de energía limpia al aplicar habilidades especializadas a diversas industrias y proyectos que son esenciales para reducir las emisiones de carbono y hacer la transición a fuentes de energía más sostenibles. Entre ellos se incluyen infraestructura de energía renovable, energía nuclear y SMR, captura de carbono y mejoras adicionales para reducir las emisiones nocivas, biomasa, soluciones de almacenamiento de energía y energía hidroeléctrica.
Durante el último siglo, el sindicato Boilermakers evolucionó a medida que cambiaron los tiempos y seguirá evolucionando durante los próximos 100 años.