Dado que la pandemia del COVID-19 sigue siendo una amenaza, la 34ª Convención Consolidada se realizará en formato virtual. Acercar una silla y conectarse es una forma fácil y segura de reunirse. Pero ¿qué hicieron los Boilermakers hace más de un siglo? ¿Cómo hicieron para formar un sindicato internacional sin el amplio uso de teléfonos o automóviles? Hoy en día, con casi todo el mundo llevando un teléfono en el bolsillo, eso parece imposible. Pero en aquella época, la urgencia y el impulso para formar un sindicato era una cuestión de vida o muerte, así que los trabajadores encontraron una manera.
A finales del siglo XIX, los locales sindicales se organizaban como sucursales individuales sin conexiones directas con los Boilermakers de otras ciudades, o incluso con otros talleres ferroviarios situados en la misma ciudad. Sin embargo, los trabajadores se dieron cuenta de que los problemas a los que se enfrentaban eran mayores que los de su propia filial local. Con los propietarios teniendo todas las cartas, la muerte en el trabajo y las largas jornadas laborales de bajos salarios eran comunes. Una extensa lista de condiciones y prácticas laborales horribles empujó a las distintas sucursales a organizarse sindicalmente en conjunto para conseguir el poder.
El 1 de octubre de 1880, un grupo de Boilermakers se reunió en Chicago, pero los registros son imprecisos sobre cómo se comunicaron o sobre cómo descubrieron otras logias escondidas en varias ciudades. A finales de la década de 1880, se acababa de inventar el teléfono, las cartas eran lentas y los telegramas eran caros.
Sea como sea, los representantes de nueve sucursales locales (ahora llamadas logias locales) encontraron la forma de reunirse en Chicago. Según la tradición sindical, los hombres se reunían en secreto en la parte trasera de una taberna mientras el simpático propietario vigilaba a la policía y a los detectives privados, que a veces disolvían violentamente las reuniones de los trabajadores que esperaban formar un sindicato. Al final de la noche, las nueve sucursales se habían convertido en el Sindicato Nacional de Protección y Benevolencia de los Fabricantes de Calderas (National Boiler Makers Protective and Benevolent Union). El grupo se constituyó con arreglo a las leyes del estado de Nueva York, y las nuevas sucursales organizadas se registraron como subsucursales.
Otros grupos de sucursales de los Boilermakers que se habían formado en Ohio y San Francisco se unieron al grupo de Chicago, provocando el rápido crecimiento del sindicato. En agosto de 1881, veintitrés delegados asistieron a la primera convención anual. Un año después, se reunieron sesenta y ocho delegados, que representaban a más de treinta sucursales unificadas.
La primera logia de los Boilermakers en Canadá, la Sucursal 21 (Branch 21), se organizó sindicalmente el 6 de agosto de 1884 en Hamilton, Ontario, el mismo día en que se inauguró la tercera convención nacional en Cincinnati con ochenta y dos delegados de más de cuarenta sucursales.
Siempre será un misterio cómo distintas sucursales de toda Norteamérica encontraron a otras sucursales para aquella fatídica reunión en la parte trasera de una taberna de Chicago. Aún así, este verano el sindicato de los Boilermakers continúa la tradición iniciada hace 140 años. Y al hacerlo, los trabajadores siguen defendiendo el poder del movimiento obrero.