Los miembros del L-627 y los viajeros que trabajan para AZCO construyen una central de biomasa abastecida de combustible con eucalipto en la Isla Grande de Hawaii.
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Los miembros siguen adelante a pesar de los volcanes, los terremotos y las lluvias torrenciales
LA TIERRA DEL aloha, palmeras y aguas azules — tan acogedora como los paraísos tropicales pueden ser — ha tenido algunos desafíos inesperados para los miembros del Local 627 (Phoenix) y los viajeros de todo el país mientras construyen una central de biomasa abastecida de combustible con eucalipto en la isla de Hawaii (la Isla Grande).
Situada justo al norte de Hilo, en Pepeekeo, el lugar del proyecto se encuentra a menos de 40 millas de Kilauea, el volcán en erupción que ha destruido cientos de hogares y obligado a miles de personas a evacuar. Durante el día, los trabajadores pueden ver columnas de ceniza y vapor a lo lejos; por la noche, un resplandor de lava candente.
Las erupciones a veces producen terremotos que hacen que los trabajadores de la central se mantengan firmes mientras las estructuras se balancean y se sacuden.
Los desastres naturales no son la única sorpresa. Los Boilermakers que estaban en el lugar en enero también tuvieron que lidiar con el estrés causado por una infame falsa alarma de advertencia de la entrada un misil balístico procedente de Corea del Norte.
Todo en un día de trabajo, dicen algunos miembros en el lugar de la obra, con un guiño.
A pesar de las erupciones volcánicas, los terremotos un huracán y el susto de un misil, los Boilermakers (aproximadamente 130 en su totalidad) siguen adelante. Se han adaptado a reuniones informativas de seguridad que incluyen rutas de evacuación en caso de desastre (y la prevención de ciempiés venenosos y agresivas arañas de caña del tamaño de una mano).
Y en un clima que produce más de 120 pulgadas de precipitación al año, trabajar bajo la lluvia es solo una parte del programa.
Los Boilermakers en el proyecto de biomasa entienden que tienen un trabajo que hacer, uno inigualable. El trabajo implica la adaptación de una planta de energía de carbón inactiva que alguna vez apoyó a un ingenio azucarero a otra que quemará árboles de eucalipto para generar electricidad a los residentes hawaianos.
Miles de acres de árboles se encuentran a unas pocas millas de la carretera. No siendo nativos de las islas, los eucaliptos crecen altos, rectos y rápido; se pueden cosechar apenas siete años después de la siembra. Cuando se complete el proyecto, los árboles serán cortados, transportados en camión a la central eléctrica y molidos en astillas de tamaño combustible. La reforestación garantizará una fuente inagotable de energía renovable, según los propietarios del proyecto.
Los Boilermakers están trabajando para AZCO, el contratista principal empleado por Bioenergía Honua Ola (“Tierra Viviente”), anteriormente conocida como Bioenergía Hu Honua, con el objetivo de generar 34MW de electricidad para los clientes de Hawaii Electric Light. El proyecto es parte del esfuerzo de Hawaii para reducir su dependencia de los combustibles fósiles, especialmente el diésel.
El alcance del trabajo de los Boilermakers consiste en reconstruir la caldera y los componentes y sistemas de vapor relacionados, incluyendo una nueva cámara de bolsas, precipitador, unidad de reducción catalítica selectiva, tanques y acero estructural y ductos asociados con los recipientes a presión y el proceso de emisiones.
“Este no es el típico proyecto de conversión de central eléctrica”, dice Jacob Evenson, gerente de negocios-secretario tesorero del Local 627. “Antes de que AZCO y los Boilermakers se involucraran, el proyecto enfrentó retrasos técnicos y legales que desde entonces han sido solucionados”.
Esas demoras dieron como resultado la exposición a la intemperie de los tubos y otros componentes. Inspeccionar las piezas y eliminar el óxido es un esfuerzo sustancial y continuo.
Los Boilermakers están haciendo un buen trabajo en un entorno difícil, dice Al Sullivan, superintendente de proyectos del Local 169 de los Boilermakers (Detroit). Con los muchos desafíos en el lugar, la seguridad ha sido especialmente importante. “AZCO es, hasta ahora, la mejor empresa para la que he trabajado en cuanto a seguridad”, dice.
Otro aspecto distintivo del proyecto ha sido la combinación de diversas procedencias que traen consigo los Boilermakers y otros oficios, incluyendo a nativos hawaianos, navajos de Arizona y otras razas y etnias de todo el país. Las diferencias culturales no han sido un problema. De acuerdo con el administrador de la obra Marcus “Porky” Petropoulos, del L-627, los Boilermakers y otros oficios se unen para enfrentar los muchos desafíos del proyecto.
Dice Paul Vogels, director de obras de AZCO: “Los Boilermakers vienen aquí y hacen algo para lo que han sido capacitados a través del aprendizaje, y lo hacen de forma segura, con alta calidad y en el tiempo que estamos buscando”.
El proyecto de Honua Ola está programado para completarse para fin de año, suponiendo, por supuesto, la cooperación de Pelé, la diosa hawaiana de los volcanes y el fuego.